El estudio arqueobotánico de biorrestos como madera o frutos y semillas carbonizados ha permitido acercarnos al paisaje vegetal que rodeaba el asentamiento maya de La Blanca en el momento de su ocupación, así como identificar las especies de madera más empleadas en la antigüedad, tanto para fines constructivos como en rituales de clausura, abandono o consumo acontecidos en el sitio en diferentes épocas, aportando una perspectiva novedosa y complementaria a estos eventos.

La identificación taxonómica de estos carbones se ha llevado a cabo en el Laboratorio de Arqueología del Departament de Prehistòria, Arqueologia i Història Antiga de la Universitat de València. Las identificaciones han sido verificadas usando una colección de referencia propia.