
Una vez efectuada la excavación se procede a una consolidación provisional para garantizar que los edificios u objetos arquitectónicos que han aflorado se mantengan en condiciones adecuadas y estables. Se toman, por tanto, las medidas mínimas e imprescindibles de consolidación para que en ningún caso puedan sufrir erosiones o pérdidas en su nueva situación de mayor exposición al entorno natural.
Para la toma de decisiones sobre las cuestiones de restauración, conservación y puesta en valor es fundamental que previamente se haya realizado la toma de datos arquitectónicos, seguida de la documentación y análisis de la arquitectura.