
Una vez estudiada e identificada la arquitectura exhumada durante la excavación se procede a realizar un plan de restauración y puesta en valor, con el fin de proporcionar a los edificios y a los diferentes restos arquitectónicos la solidez necesaria para su conservación, sin menoscabo de ninguno de sus valores arquitectónicos y patrimoniales.
Asimismo, se procura que su visión permita entender claramente los sistemas constructivos y las características arquitectónicas, formales y estilísticas que tuvieron estas arquitecturas en su estado inicial.