
De forma paralela a las intervenciones arqueológicas y la restauración arquitectónica, en cada temporada de campo se llevaron a cabo actuaciones de carácter conservativo de los estucos, muchos de ellos con vestigios pictóricos y grafitos de gran calidad.
La intervención sobre los estucos comenzó con los tratamientos de limpieza. Mediante poda individual se eliminaron las raíces aéreas y, mecánicamente, los restos de polvo y tierras superficiales con brocha. Las concreciones más duras y biológicas se retiraron con el empleo de bisturí. Los tratamientos de consolidación se realizaron de forma selectiva y puntual, únicamente en aquellas zonas que corrían peligro de desprendimiento, o abolsamiento, cohesionando y fortaleciendo la película de estuco.
Los estucos fragmentados o lagunas se refuerzan estructuralmente de forma perimetral, para proteger y evitar la entrada de humedad, depósitos de tierra, o microorganismos que pudieran conducir al deterioro del revestimiento.
Para un correcto análisis de las patologías presentes en los estucos se realizaron análisis mediante Difracción de rayos X, Espectrometría de Infrarrojos con Transformada de Fourier (FTIR) y Microscopia Electrónica de Barrido (SEM) en las universidades valencianas. Del mismo modo se realizaron periódicamente análisis no destructivos mediante mediciones colorimétricas para el estudio y control de la estabilidad cromática de los estucos.